martes, 26 de octubre de 2010

Orígenes del Anarcosindicalismo en Venezuela


Leonardo Rodríguez

(Nota de CORREO A: El autor es un destacado experto en la Historia laboral nacional, profesor jubilado de la Universidad Central de Venezuela. En la actualidad trabaja en una exhaustiva “Historia del Movimiento Obrero Venezolano”, en base a cuyos materiales y a petición nuestra, preparó este resumen de un punto de indudable interés para los lectores de esta publicación.)

El Anarquismo es una corriente político-social que se hizo presente en el siglo XIX de la Venezuela republicana. Su variada base filosófica expresada en Francia, Italia, España y Norteamérica se fue dejando sentir a través del proceso migratorio. Es un acontecer que ocurre en el país en el periodo de forjamiento de los asalariados, cuando va cristalizando la mercancía trabajo. Justamente, una síntesis de ese acontecer que venimos investigando es el que exponemos a continuación.


La Alborada

Las ideas anarquistas parecen hacer acto de presencia en Venezuela en la década de 1850. El periódico EL CORREO DE CARACAS (16/09/1852) publica el aviso siguiente: “Análisis del socialismo y exposición clara, metódica e imparcial de los principales socialistas antiguos y modernos, y con especialidad en los de Saint Simon, Fourier, Owen, P. Leroux y Proudhon, vdo. en 8vo., precio $ 1,50.” Este libro contenía una advertencia en la que señalaba que el objetivo era “dar una reseña rápida, clara y, sobre todo, desapasionada, del movimiento social, especialmente en nuestros días, en obsequio y utilidad de las poblaciones americanas”. El epílogo, según el historiador contemporáneo Germán Carrera Damas, es un encendido alegato, casi un manifiesto, en pro de la causa socialista”; no es de extrañar si posiciones de este tipo repercutiesen en la tendencia de avanzada que encarnaría Ezequiel Zamora durante la Guerra Federal (1859-1863).

Pero es después de la Comuna de Paris de 1871 cuando estas ideas se abren paso en Venezuela. Los liberales caraqueños parecen insuflarse por los relatos de los hechos. Los estudiantes hijos de ricos comerciantes y hacendados, y algunos intelectuales, comienzan a asimilar las ideas radicales en boga en Europa. No hay en tal radicalismo una denuncia a la propiedad privada. Los programas de reformas sociales solo son una mezcla del pensamiento liberal burgués con elementos de Proudhon. Sin embargo, las consignas igualitaristas sirven para la agitación entre el pueblo. Los burgueses de Caracas, en sus conflictos con los terratenientes, aspiran contar con el apoyo de los artesanos, reeditando el papel que la burguesía francesa les reservó a los obreros de París en la Revolución de 1848. Así comenzaba el despertar de las ideas ácratas en estas tierras.

En las Entrañas de la Dictadura

El anarcosindicalismo logra concreción en Venezuela después de la Gran Guerra (1914-1918). Lo hace de modo precario, en forma contradictoria y sometido a los rigores clandestinos que impone la dictadura de Juan Vicente Gómez, que gobierna entre 1908 y 1935. Sin embargo, será acicate estimulante en el desarrollo de la conciencia obrera.

La deteriorada situación europea, contrastando con las “bondades” que sobre el país publicitan el régimen gomecista y las compañías extranjeras, hacen posible una corriente migratoria hacia Venezuela. La fuerza de trabajo especializada se ubica en las fábricas, talleres ferroviarios, puertos, petróleo, etc., con esta población, fundamentalmente española e italiana, vienen hombres con experiencia y tradición que siembran la idea de la lucha obrera con la visión anarcosindicalista.

Con su concepción contraría al parlamentarismo y opuesta a la constitución de partidos políticos, activadores de la táctica de acción espontánea y de la huelga general revolucionaría, así como la organización sindical descentralizada, los anarquistas representan la corriente política mas importante en el despertar del movimiento laboral venezolano. Aspectos explicativos de esta supremacía lo representan las prédicas militantes, pero también la juventud de la clase obrera, la debilidad de la industria y su dispersión. Al respecto, parecen encontrarse tres corrientes anarquistas en el país durante el lapso que va desde 1917 a 1935:

a.- La ciudad de Caracas es el ámbito de mayor militancia donde el colorante lo da la influencia española. El vocero de sus ideas es el periódico EL OBRERO, dirigido por Luis Armando García, Rafael Villasana y Emilio Lovera; su gerente y dueño Candido De Armas. Sale diariamente en 1919 y 1920; Luis Amitesarove, Medardo Medina, Gustavo Parodi figuran como colaboradores nacionales, y José Jerique lo es desde Madrid. La ocupación del Ruhr el Alemania, el fascismo en Italia y los peligros de una nueva guerra europea parecen constituir los temas internacionales de mayor preocupación. La Revolución de Octubre de 1917 es acontecimiento que se sigue con simpatía. Pero las discusiones entre el sindicalismo revolucionario soreliano y las concepciones especificas del anarquismo los presentan en vida contradictoria.

Pareciendo responder a una división del trabajo, en la militancia propiamente sindical encuéntranse otros luchadores. En el gremio de profesionales de artes gráficas aparecen Juan C. Cignoni, Carlos Moreno, A.R. Rísquez Blanco y Adolfo Montero; en la Asociación General del Trabajo están Ezequiel Marin y Rafael Oyarzabal; en los portuarios Francisco González Blanco y Ladislao Yáñez; en los zapateros Jose Tostón, Pérez Padilla, Nicasio Páez y Carlos Graner.

b.- En Aroa, Estado de Yaracuy - asiento del ferrocarril ingles The Bolivar Railway Company Ltd.- , así como en Puerto Cabello y Barquisimeto, la actividad anarquista la encabezan los nativos de Italia. Vicenzo Cusatti, Juan Lazo, Andrés Illas Eduarte, Manuel Segovia, Simón Aular y P. Izquierdo León son entre otros los anarcosindicalistas ferroviarios mas destacados. Justamente por la influencia de estos grupos, se realizan estruendosos conflictos laborales y en San Felipe, capital de Yaracuy, se editaron publicaciones sobre el mundo del trabajo y sus luchas.

c.- Luego de 1922, el anarcosindicalismo criollo parece reflejar cambios. En Caracas continua teniendo una estrecha vinculación con las masas obreras, participando activamente en las organizaciones laborales y en las acciones huelgarias, aunque como eran sus principios se oponía a la lucha política y daba preferencia a la “Acción Directa” en defensa de las reivindicaciones proletarias. Pero en las localidades petroleras del occidente del país (Estado de Zulia), la presencia de trabajadores centroamericanos, en especial guatemaltecos y nicaragüenses, trae nuevas influencias, por lo que el carácter de las luchas parece dictarlo el anarcosindicalismo norteamericano nucleado en torno a los IWW - Industríal Workers of the World - . El sindicato concebido como máxima expresión organizativa, la meta de entregar de los instrumentos y medios de producción en propiedad y a disposición de los “productores directos” reunidos en los sindicatos, y coqueteos con el marxismo en el uso de una fraseología ultrarrevolucionaria, son los rasgos que caracterizan a este grupo, con el cual podría vincularse a Pío Tamayo, la principal figura asociada al anarcosindicalismo venezolano de aquellos años.

En todo caso, los sindicalistas anarquistas cumplieron una labor protagónica en el país. Ellos contribuyeron a organizar a los trabajadores, a activar los conflictos huelgarios y a impulsar la propaganda anticapitalista. En la década de 1930 se presentan en el escenario público muy debilitados, pero los mas destacados militantes laborales que luego de la muerte física del viejo tirano de los Andes alcanzan figuración, habrán recibido de ellos las primeras lecciones de lucha obrera. Luego, Acción Democrática y el Partido Comunista de Venezuela los absorberán completamente en los años posteriores.

(Correo A # 22, pp. 16-17, marzo 1993)

No hay comentarios:

Publicar un comentario