martes, 26 de octubre de 2010

Con la Iglesia hemos topado


Estamos en periodo electoral y una vez mas se pone en evidencia que, por suerte, algo crítico está pasando con la institucionalidad política.  El desinterés de la comunidad por los comicios, al menos en los grandes centros poblados, es abrumador y la abstención prevista es casi tan grande como la magnitud de los fraudes que se cocinan.  Pero lo que es más notable es que nadie parece tener algo que decir a este respecto, ni da razones serias para que la gente vaya a votar, que no sean las cantilenas oficiosas de siempre, oscilantes entre la amenaza y el ruego.

En este sentido, ahora la mejor defensa de la legitimación electoral de la democracia representativa venezolana proviene de uno de sus críticos mas preclaros, como es el grupo de jesuitas que publica la revista SIC - el Centro Gumilla -, quienes en nuestro país han abanderado la tarea política de la famosa orden. Y este hecho no deja de ser intrigante. ¿Por que lo hacen?

A nadie le cabe duda que son dos las fuerzas que han tratado de llenar el vacío político que se abrió después del 27-F, y ambas lo han logrado con relativo éxito, considerando que hasta un poco antes de esa fecha pasaban casi desapercibidas: las Fuerzas Armadas y la Iglesia Católica.  El sector de las FF.AA. que se ha comprometido en la actividad política no tiene un discurso político inteligente ni serio, pero cuenta con la fuerza, que no es solo una amenaza sino que la ha usado con liberalidad, bastante irresponsablemente y con poca eficiencia, pues ni éxito han tenido sus cuartelazos. En cambio la Iglesia, de la mano de la sutileza e inteligencia de la Compañía de Jesús y su acercamiento a los pobres por un lado, y del Opus Dei con sus vínculos con el poder político y económico por el otro, parece estar logrando una posición en el concierto político venezolano y una influencia como nunca había tenido en la Venezuela contemporánea.  No en vano traen otra vez en febrero a su "Mega-caballo"  para reforzar posiciones. (Por cierto, ¿saben Uds. del negocio de peregrinaciones, indulgencias, comercialización audiovisual, etc., montado desde hace meses en torno a la visita papal?).

Los mejor dotados intelectual y teóricamente son los que van a intentar frenar o encausar el cambio y posicionarse para incrementar este poder que se les está dando, y por ello los artículos a los que me refiero - ver el numero de SIC en octubre -  defendiendo las elecciones, pues ahora pueden ganar con el proceso.  Consideran allí dos alternativas: una, el sistema fracasó; otra, fracasaron los actores (léase AD, COPEI, MAS, y la recién llegada Causa R).  La tesis que sostienen es, por supuesto, la última, por lo que asignan importancia a las próximas elecciones. En efecto, es a nivel municipal y estadal donde encuentran mas factible la aparición de nuevos actores y líderes (como Aristóbulo, Irene, Zambrano, etc.) que, por su supuesta cercanía a las bases, formarán la nueva clase política, y a su vez permitirán a la Iglesia comprometida con los pobres, es decir, al ala del catolicismo que encarnan los jesuitas, mayor influencia en estos dirigentes extra-partidarios, ya autónomos de los cogollos partidistas por su éxito electoral.

Sin embargo, en nuestro actual desarrollo político, esto no hace sino multiplicar las curvas del laberinto. Cuando tenemos una población altamente educada en el egoísmo, en la mentalidad de "cubículo", en asumir como conducta social la Ley del Embudo (lo grande para mi, lo chiquito para los otros), esta promoción "postmoderna" de lo exclusivamente local no puede sino potenciar el extravío al reforzar la inmediatez de miras en nuestras decisiones, acentuando lo que no pasa del aquí y del ahora, limitado al ciego alcance de lo más perentorio, cuando no siempre lo urgente es lo mas importante, aunque requiera prioridad en la solución. Porque no debemos dejar de preguntarnos ¿Cuál es el marco en el que se inscribe votar por fulano, que dicen que no es ladrón, o por mengano, que si es ladrón pero es pana y a lo mejor me arrima al sabor? ¿Qué modelo de futuro se está construyendo que justifique votar por aquel alcalde o este gobernador? ¿Qué verdadero liderazgo con raíz social pueden encarnar candidatos que ganen, en el mejor de los casos, con el voto del 10 o 15% de los electores potenciales?...

Las dudas sobre estos puntos lucen evidentes, a pesar de toda la dialéctica argumental de los columnistas de SIC. De hecho, ya dice bastante el que sean ellos quienes asumiesen esta ardua tarea de reivindicar el acto electoral, y no los propios candidatos, que si acaso se enteran de ese inédito "ejercicio espiritual" de los herederos de Ignacio, dirán que si, que están de acuerdo, que ellos mismos son esos ungidos líderes de base, para olvidar el asunto a la hora de cierre de  mesas de votación y de apertura del reparto de botín.

Pedro Pablo
(Correo A # 28, p. 3; noviembre 1995)

No hay comentarios:

Publicar un comentario