domingo, 24 de octubre de 2010

La Ideología del Anarquismo


Rudolf Rocker (1873-1858), socialista libertario alemán


El anarquismo no es una solución definitiva a todos los problemas humanos, ni la Utopía es un orden social perfecto (como se la ha llamado a menudo), puesto que, en principio, rechaza todo esquema y todo concepto absolutos. No cree en ninguna verdad dogmática ni en ningún objetivo final definitivo para el desarrollo humano, sino en una perfectibilidad ilimitada de los modelos sociales y de las condiciones de vida humana, que siempre se esfuerzan por llegar a formas mas altas de manifestación y a las que, por esa misma razón, no se les puede asignar un límite preciso ni asignar una meta final.

Cuando se reduce al mínimo la influencia del poder político sobre las fuerzas creativas de la sociedad, se desarrolla al máximo la cultura, ya que los regímenes políticos tratan de conseguir siempre la uniformidad y de someter a su tutela todos los aspectos de la vida social, encontrándose por ello en flagrante contradicción con las aspiraciones creadoras del desarrollo cultural, que busca siempre nuevas formas y campos para la acción social y para el cual la libertad de expresión, la diversidad y el continuo cambio de las cosas son tan vitalmente necesarios como las formas rígidas, las normas muertas y la forzada supresión de las ideas lo son para la conservación del poder político. Cada obra acabada provoca el deseo de una mayor perfección y de una inspiración mas profunda; cada nueva forma se convierte en el heraldo de nuevas posibilidades de desarrollo. El poder, intenta siempre mantener las cosas tal como son, ancladas y seguras en los estereotipos, y esa ha sido la razón de todas las revoluciones de la historia. El poder actúa solamente de manera destructiva y se inclina siempre a reducir toda manifestación de la vida social a la camisa de fuerza de sus normas. Su expresión intelectual es el dogma muerto, y su forma física la fuerza bruta. Y esa misma estolidez de sus objetivos marca también su impronta en sus representantes y los hace a menudo estúpidos y brutales, aun en el caso de que en un principio estuvieran dotados de gran talento. El que se esfuerza constantemente por reducir todo a un orden mecánico, termina por convertirse él mismo en una maquina y pierde los sentimientos humanos.

Solo la libertad puede inspirar grandes cosas a los hombres y provocar las transformaciones sociales e intelectuales. El arte de gobernar a los hombres nunca ha sido el arte de educarlos e inspirarlos a dar una nueva forma a su vida. La compulsión monótona solamente sirve para el adiestramiento falto de vida que asfixia todo intento de iniciativa vital y crea súbditos en lugar de hombres libres. La libertad es la esencia de la vida, la fuerza impelente de todo desarrollo intelectual y social, la que crea cualquier proyecto para el futuro de la humanidad. La liberación del hombre de la explotación económica y de la opresión intelectual, social y política que encuentra su expresión mas cabal en la filosofía del anarquismo, es el primer requisito para el perfeccionamiento de una cultura social superior y de una nueva humanidad.

 // Tomado de la antología EL PENSAMIENTO DE RUDOLF ROCKER
(Correo A # 10, p. 17; agosto 1989)

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